Los rostros del horror

Editorial del programa del 26 de noviembre de 2016:


El horror tiene diferentes rostros. Aparece en la cara de una mujer que ha sido víctima de la violencia de un hombre que cree que, por su condición de tal, tiene el derecho de golpear, de violentar y hasta de asesinar. También lo podemos encontrar en el silencio de un niño que no se atreve a denunciar al adulto, o a su par, que abusó de él. Teme que, como muchas veces sucede, la víctima sea culpable y el victimario salga indemne. Y como tal, el horror también se encuentra en los miles de hombres y mujeres que a causa de guerras y genocidios tuvieron que escapar de su hogar, en busca de un lugar en donde crezca la esperanza.
Y esta realidad nos agobia cuando vemos y escuchamos que la justicia, de tan lenta, es cómplice del horror. Cómplice por omisión, por silencio, por lentitud, por burocracia, y también por los hombres y las mujeres que la integran que, por la edad, por defecto profesional o insensibilidad natural, no se conmueven por lo que le sucede a los ciudadanos de a pie.
En este mar de silencios y de impotencias, Fundaciones y Asociaciones buscan salir a flote, contra viento y marea, para que la ayuda llegue y para que los refugiados, los violentados, los agredidos, los discriminados, en definitiva, las verdaderas víctimas reciban el auxilio tan esperado.
¿Cómo combatir el horror que golpea nuestra puerta cada mañana? ¿Cómo vivir sabiendo que todos los días nuestra ciudad amanece con algún homicidio relacionado, en muchos casos, con el narcotráfico?
No es fácil, pero tampoco imposible. La esperanza, y el trabajo mancomunado de todos los hombres y mujeres que deseamos que la situación cambie, es el camino para realizar los cambios necesarios. Desde la fe, la política, el compromiso ciudadano, y la honestidad, todos podemos comenzar a construir una sociedad distinta.
El primer escalón es el reconocimiento del problema, el segundo es la decisión de buscar una solución, y el tercero la acción. No quedarnos en simples retóricas sino empezar a edificar un presente diferente.
Cada vez que en Buenas Ideas damos una noticia, hacemos un reportaje o comentamos sobre una iniciativa solidaria, humanitaria, se nos llena el corazón de pensar en aquellos que están haciendo las cosas bien. Muchas veces en silencio, en soledad, pero convencidos que ese es el camino para que las cosas cambien.
No se trata de deprimirnos con la realidad sino de trabajar para que el mañana amanezca lleno de sol.

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