Bienvenidos a soñar



Las búsquedas, las preguntas, nuestro deseos de saber más, de conocer, son algunas de las actitudes que pueden servirnos para superarnos. Si no quisiéramos indagar sobre tantas cosas que desconocemos, difícilmente llegaríamos a aprender algo nuevo. Si sólo nos quedamos con lo que sabemos hasta acá, sin preguntar, sin cuestionar, sin querer saber el por qué de las cosas, nuestra vida transitaría un sendero llano, sin montañas por escalar.
Una mente inquieta, el deseo por romper con ciertas estructuras que no por antiguas son buenas o útiles, es la actitud que necesitamos para ir un poco más allá, para descubrir, quizás, nuestro verdadero propósito en esta vida.
Muchas de las iniciativas solidarias tuvieron esta actitud en sus comienzos: el deseo que las cosas cambien, la necesidad de que algo sea distinto para beneficio nuestro o de los demás, la urgencia de resolver situaciones que nos afectan como sociedad, la necesidad de trabajo, de un hogar, de un estudio. No importa cuál es el motivo pero en cada una de ellas hay un deseo para que el statu quo cambie, se transforme, mejore y se adapte a las necesidades de estos tiempos.
Detrás de cada búsqueda hay una persona, quizás miles, pero seguro una, que lo soñó, lo analizó, lo campartió, lo proyectó y luego, en los mejores casos, lo pudo llevar a la práctica. Y entonces nació la Fundación, la Asociación o el grupo de amigos, de esos “locos” que se hicieron eco de la locura de ese otro, a quien decidieron acompañar hasta las últimas consecuencias. También ellos soñaron, sufrieron, lloraron y rieron, pero en definitiva, fueron parte de la concreción de eso que ayudó a uno o a muchos, y que contribuyó a cambiar paradigmas, formas de mirar y de entender la realidad.
Algunas de esas iniciativas trascendieron, se dieron a conocer, saltaron el muro de lo invisible y vieron la luz de los medios de comunicación, accedieron a la visibilidad que pueden dar los diferentes modos de información: las redes sociales, los portales web, los periódicos y revistas digitales o tradicionales. Y entonces, sólo entonces, los conocimos y aprendimos y nos emocionamos y hasta llegamos a preguntarnos “por qué no se me ocurrió a mí”.
De esta manera, para muchos llegó el momento de la exposición pública y de la multiplicación de oportunidades que, a su vez, generaron más oportunidades para crecer y seguir ayudando.
Pero todavía quedan muchas ideas por aparecer, por ser descubiertas, por dar a luz esos proyectos que van a contribuír para que alguien mejore su estilo y calidad de vida. Y que seguramente en algún momento, alguien las descubrirá y comenzará a caminar el sendero de llegar a ser conocido, comunicado y multiplicado.
Es por eso que cada sábado que tenemos la oportunidad de comenzar nuestro programa, nos animamos por dar a conocer los sueños, historias y realidades de tantos que hacen mucho por los demás. Porque esperamos ser parte de ese círculo virtuoso que potencie y difunda el trabajo solidario que tanto bien nos hace y que mucho necesitamos como sociedad.
Bienvenidos los sueños y proyectos.

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