Voto de confianza, no un cheque en blanco


Según el artículo 14 bis de la Constitución de la Argentina le corresponde al Estado otorgar a todos los ciudadanos de nuestro país el acceso a una vivienda digna.

Un estudio del Departamento de Investigaciones de la Fundación de Estudios para Desarrollos Inmobiliarios (FEDI), reveló que en la Argentina hay 12.200.000 millones de hogares y que 3 millones de éstas no tienen vivienda propia. Y este déficit no se congela sino que se incrementa a un ritmo de 36 mil viviendas por año, aproximadamente.

Desde los tiempos de la ola inmigratoria que trajo a estas tierras a muchos de nuestros ancestros, nuestro país ha sufrido de una cíclica concentración poblacional en las grandes ciudades, generando una creciente necesidad de construir viviendas “dignas” para todos los que “quieran habitar el suelo de la Nación Argentina”.

Y a pesar de honrosas excepciones, muchos de los gobiernos han fallado en esta consigna esgrimida por la Carta Magna de nuestra Nación. Todavía hoy faltan cerca de 3 millones de viviendas para los miles de argentinos que todavía deben vivir expuestos a la desproporción de un mercado inmobiliario abusivo.

Me pregunto si es que los distintos gobiernos no han tenido la vocación de servicio y la voluntad política para invertir los fondos de la Nación en dar respuesta a este problema crucial de la ciudadanía, o no han querido. Y, cuando lo han hecho, y siempre de manera escasa, muchas veces los productos ofrecidos al trabajador carecieron de la calidad y habitabilidad que puedan enmarcarse en la definición de una “vivienda digna”.

Agua potable, energía eléctrica, servicios sanitarios, gas natural, vivienda digna, educación pública y de calidad, trabajo, todos derechos que aunque tienen el amparo de la leyes de la República, y de muchos tratados y convenciones internacionales, todavía le son esquivos a buena parte de nuestros conciudadanos.

Seguiremos esperando, y exigiendo, para que quienes ocupen alternativamente la Casa Rosada, se comprometan a responder a estas necesidades; y a los gobiernos provinciales y municipales que dejen a un lado las mezquindades políticas para que todos juntos, sin importar el color político, pongan manos a la obra para cumplir con dignidad el servicio para el que fueron elegidos.

Porque el pueblo no les dio un cheque en blanco sino un voto de confianza.

Alejandro Vena
Editorial del 6 de febrero de 2016

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