Poniéndose los pantalones largos



Reconozco que no dejo de emocionarme cada vez que leo o escucho sobre una historia solidaria. Hombres y mujeres que deciden dejar a un lado los parámetros de esta sociedad exitista y se lanzan a vivir aventuras que buscan mejorar la vida de los demás.
Pero me sigo preguntando por qué nuestro país necesita de tantos esfuerzo solidarios, tantas organizaciones sin fines de lucro que, a lo largo y a lo ancho del país, tengan que crearse, buscar voluntarios y recursos para asistir a los que menos tienen y más lo necesitan.
Es cierto que en toda esta movida son ellos, los hacedores, los más beneficiados. Ellos, que invierten parte de su tiempo libre, de su descanso, de sus recursos, para hacer lo que debería realizar el gobierno de turno.
Y aunque está bien el razonamiento que plantea: «No critiquemos y trabajemos a la par del esfuerzo gubernamental». También es cierto que los que tienen todos los recursos y los medios son nuestros gobernantes, a quienes hemos elegido para ese fin.
Además no estamos hablando de necesidades recientes, aparecidas de la nada, sino de miserias y urgencias que tienen a provincias como el Chaco sumidas en la extrema pobreza desde hace varias décadas.
Entonces me pregunto para donde miran los intendentes, gobernadores, diputados, senadores, y presidentes, cuando en una provincia de nuestro país la inequidad es aplastante, que sofoca la razón y nos empuja a la desesperación. Porque las víctimas de esta falta de acción son hombres,mujeres y niños, seres humanos como nosotros, quizás con un color de piel o lengua distintos, pero tan argentinos como el que nace en Buenos Aires. Cuándo vamos a dejar de ser unitarios para ocuparnos de un federalismo real, práctico y efectivo, que redistribuya la riqueza de nuestra querida Argentina a todos por igual.
Los esfuerzos que hacen cientos de voluntarios y Ongs son dignos de aplausos y difusión, y nosotros nos alegramos de poder comunicarlo, pero es necesario que definitivamente los que administran y gobiernan cumplan con la Constitución Nacional para el beneficio, no de sus propios intereses, sino el de todos, todos los argentinos. Es hora de que se pongan los pantalones largos.

Editorial del 13 de febrero de 2016

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